Puede que parezca demasiado global mezclar una letra venezolana, un ritmo latino y un video de Bollywood para que los hipsters de Frisco gasten sus dólares. Y puede que el pensamiento anterior sea pura demagogia. Si algo tiene pocas fronteras es la música y criticar por la apariencia es demasiado fácil. Lo que hace el americano-venezolano me recuerda mucho a lo que hacia El Guincho, un francotirador canario que tendrá su entrada. Puede sonar hereje pero Manu Chao abrió ese dique. Una entrada de sabor caribeño y acentillo reggaeton «Ay tu primo colorado/ con barba camburada/ y lleno de ballena/ inclinándose al sol/ tu rayo de luz roja/ besando nuestra boca/ el beso que te sopla huele a alcohol», un sonido más acústico que salsero, un solo de guitarra final y un la-la-la que te acaba taladrando el cerebro. Y la princesa se llama Carmensita Saplingita.
