Conocer a Kd Lang me hizo buscar más y más country. Y la primera Patsy Cline, que me trasladaba la atmósfera que habría en ese estudio de grabación de los primeros sesenta cuando quedó grabada esta balada. La certeza de estar grabando algo único, el momento más emocionante en un estudio. Y mira que las baladas del country suelen ser aburridas. Pero aquí hay algo más, hay rabia, clase, presencia, y gotas de elegante pop.

Y no lo digo por el escenario, que parece la cabaña de David Boone en una serie B de Dysney. Esta canción que se grabó en el verano del 60 comenzó a marcar el cambio de estilo de Patsy. De clásicos rápidos del country a baladas de desamor como esta de Willie Nelson, por entonces un joven compositor que exploraba los caminos abiertos por Buddy Holly. La producción de Owen Bradley y los imposibles coros de The Jordanaires ponían el resto. La leyenda dice que Patsy Cline se había roto una costilla en un accidente pocos días antes de la grabación y le costaba llegar a las notas altas. Los músicos dejaron grabada la música y Patsy dos semanas después dejo esta joya en una sola toma. «Crazy, I’m crazy for feeling so lonely I’m crazy, crazy for feeling so blue I knew you’d love me as long as you wanted And then someday you’d leave me for somebody new Worry, why do I let myself worry? Wond’ring what in the world did I do?». La letra, como la mayoría de las suyas, un tratado de masoquismo de la cruz a la raya.
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