Ya se acaba el Carnaval y quedan las coplas paradas hasta enero del 16. Este año el concurso no me ha gustado mucho. Las chirigotas han salido un poco envaradas y las comparsas desde el principio tuvieron un claro dominador, un Cristiano Ronaldo avasallador y repeinado que se llamaba Los Millonarios. Con la chulería de las comparsas de Aragón se llevaron de calle el concurso y le recetaron el primer pasodoble de la final (https://www.youtube.com/watch?v=HI47lhuHJPk ), a los que le crtican y puede que a estos canteranos, que debutaban en la especialidad, que no en el Carnaval y se llamaban Que penita de comparsa.
Como si les hubieran dado una patada en la espinilla los poderosos Millonarios despreciaban con gracejo y afinación a los que critican el exceso de dinero y la falta de honestidad carnavalera. Es verdad que iba una crítica clara a la comparsa-espectáculo en los jóvenes de Que penita, pero una crítica que iba más hacia lo musical, hacia las envidias del mundo carnavalero y que reivindica una manera menos sinfónica de entender la comparsa. Todo el mundo cita al Aragón, pero eso es porque él destaca por una cosa u otra, Se le cita como se cita a Martín o a Quiñones, es un blanco grande y da buena rima. Este año le han acogido como el hijo pródigo. Pero frente a tanto Pink Floyd, grupos como este, que buscan algo más puro me recuerdan a unos garajeros con mucho talento que el año que viene o se la pegan o van a hacer sudar a más de uno. Hasta entonces, que me dará otra vez la carnavalitis aguda.