La relación entre los Beatles y Dylan es conocida. La primera vez que se vieron en el hotel Delmonico, NY agosto del 64, supuso la iniciación de los de Liverpool a la marihuana y un sincero reconocimiento mutuo. La influencia del americano en los ingleses fue reconocida por el propio Lennon en canciones como «You`ve got to hide your love away» y por Macca en «I´ve just seen a face». Y el irónico Dylan no tardó en lanzarles un mensaje.
«Rubber Soul» se editaba en diciembre del 65, cinco meses después Dylan colocaba en «Blonde on Blonde» este «Fourth Time Around» con claros guiños musicales al «Norwegian Wood». La letra habla de la lucha con una mujer temible «I cried she was deaf, and she worked on my face until breaking my eyes», que de tanto gritar cae redonda, «she screamed till her face got so red, then she fell on the floor…». Agarra lo que puede y vuelve a casa, «I filled up my shoe and brought it to you. And you, you took me in, you loved me then, you didn´t waste time and I, I never took much, I never asked for your crutch, now don´t ask for mine». ¿Una broma, una parodia? La locuacidad de Lennon y un poco de su paranoia le llevaron a tomarse un poco a mal los últimos versos (nunca pedí tu muleta, ahora no pidas la mía), pero le debió durar poco. El respeto mutuo que se tenían y la propia certeza de que tanto Dylan como los Beatles estaban haciendo algo realmente grande lo dejó todo en una anécdota para freakis del pop.