Nacido del mismo Seattle que Nirvana, Mark Lanegan y sus Screaming Trees fueron buenos, pero no triunfaron como las estrellas del grunge que estaban por delante de ellos, Pearl Jam o Alice in Chains. En el 96 el grupo se acaba y comienza la carrera en solitario de un Lanegan que se convierte durante unos años en componente de sus amigos Queens of Stone Age. Va puliendo su voz de barítono y en el 2004 comienza su extraña colaboración con Isobel Campbell.

Una mezcla difícil, la delicada dama de Belle & Sebastian y el Nick Cave del grunge. En una coyuntura casi contractual, la que lleva las riendas de la composición, el management y las grandes decisiones es una centrada Isobel Campbell que graba los temas en un estudio cercano a la casa de Lanegan, un enfermo de los Golden State Warriors. La tormentosa colaboración dió como fruto una trilogía que empieza con Ballad of the Broken Seas en el 2006 y terminó con este Hawk en el 2010. El repaso-homenaje a la música norteamericana por una música escocesa total. Algo que empezó muy mal porque en la gira de presentación de Broken Seas, Lanegan se metió en rehabilitación y fue sustituido por el cantante de The Vaselines. Campbell echo mano de paciencia y distancia y con cuidado fue manteniendo el nivel hasta que se cansó. Este tema suena como si un marinero escocés se hubiese lanzado a la conquista del Oeste y estuviera borracho cantándola en cualquier salón de Abilene o Dodge City, «Have you ever seen my true love?/ The one who makes my heart to sing/ Bells and ribbons it should only be love/ For if it isn’t it don’t mean a thing»

Ajustando los micros

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