Sí me tengo que definir por una música pongo el primer disco de Specials a todo volumen. Son los más elegantes del movimiento 2-Tone y siempre fui un skatalítico. Sus mejores años coincidieron con los míos, por lo menos los más divertidos. Los fab four del ska de los 80; Specials, Madness, Selecters y The English Beat garantizan más de una hora escogida de compromiso, buena música y mejores vibraciones. Fue un relámpago, y uno de los mejores efectos colaterales del punk, mucho más directo y certero que la difusa new-wave. La respuesta perfecta a lo que Strummer se planteaba en White Man In Hammersmith Palais.
Esta es la última canción de los Specials y se refiere a su Coventry natal, que estaba en el 81 en una situación parecida a la de Vigo de tres años después en plena reconversión naval. Ya habían sacado su segundo disco, More Specials y el fogonazo 2 Tone estaba cerca de fundirse. El neoliberalismo de Tachter- Reagan venció y la gente ignorante comenzó a manejar con la jactancia de un primo al que le hacen el tocomocho, conceptos absurdos como capitalismo popular. Ciudades fantasma después de un cambio en el modelo productivo, ese es la limpia definiciòn política. El grupo se deshace rápidamente. Y apenas consiguen quedar para grabar este último e irregular single de lo que fue un gran grupo llevado por las teclas de Dammers y grabado según la leyenda a ostias con Hall. «This town (town) is coming like a ghost town/ All the clubs have been closed down/ This place (town) is coming like a ghost town/ Bands won’t play no more/ Too much fighting on the dance floor». Una triste despedida, el triunfo del neoliberalismo, la llegada de los neo-románticos. El siguiente trabajo de Dammers sería el Nelson Mandela con The Special Aka, de bastante más calidad que la aventura Fun Boy Three de los dos cantantes (Terry Hall y Neville Staple) y el guitarrista Lynval Golding. Creo que el año pasado los Specials sacaron disco y el careto lo ponía Hall. Así se escribe la historia.
