Memphis es al soul sureño lo que Nashville al country. Una capital discográfica y musical con decenas de bares y actuaciones en vivo cada noche. Además de los viejos bluesman todo empezó con el sello Stax fundado por Jim Stewart y su hermana Estelle Axton. El primer éxito del sello, con Rufus y Carla Thomas, les permite alquilar un teatro abandonado y construir allí su estudio de grabación. Su forma de trabajar con una banda propia del sello que daba soporte a los sucesivos cantantes que se fichaban, daba un sonido característico a sus lanzamientos. Esta banda eran básicamente Booker T & The MG´s, que estuvieron detrás de casi todos los éxitos de Otis Redding o Wilson Pickett, dos de las estrellas del sello.
1962 fue su año mágico. La llegada de Otis Redding y el lanzamiento del primer instrumental de la banda residente de la Stax; este abreconciertos llamado «Cebollinos». La banda de Memphis fue puesta como ejemplo de integración en los 60, eran la banda oficial del «melting pot», músicos blancos y negros detrás de los grandes éxitos soul. En unos tiempos donde el rock todavía era para los tiburones de las grandes compañías, la Stax mantuvo alto su espíritu familiar, su honestidad y el característico sonido de sus grabaciones frente a su poderosa competidora natural, la Motown. En la década de los 70, el sello fue devorado por la industria. Su logo del chasqueo de dedos ha quedado impreso como garantía de buen soul. Este infeccioso desarrollo de la línea de bajo del «Onions» de John Lee Hooker, cuando los Beatles aún andaban por Hamburgo, cocinaba en dos minutos escasos el feeling del órgano, el paso funky del bajo y la batería y el grito rockero de la guitarra. Un plato de cuchara.