A finales de los 90 se dice que en Zaragoza podías oír a veces al de Más Birras tocando y cantando con su guitarra en el Paseo de la Independencia, por el simple placer de cantar. Casi todo el mundo en Aragón estará de acuerdo de que Más Birras les representan. Mi amigo Edu, que es un especialista de rockabilly y un exquisito gourmet de todo lo anterior a 1959, lo tiene en su altar particular y nos insiste para que escuchemos con más atención a este grupo del que nunca hasta este año escuché ni cinco minutos seguidos. Tiene toda la razón del mundo, esto era un grupazo.
Mola empezar un rock con «Al Este del Moncayo/ solo hay sed/ y el desierto para correr» en Maldita Sea Mi Suerte. Ponerle una base musical americana es transportar Aragón a otra dimensión que bien podría ser la suya. Lo mismo que contar lo que ahora es la España vaciada en esta descarnada «Hay una cruz en el saso», con su entrada desértica y su fingerpicking. Mauricio Aznar y Gabriel Sopeña, su compañero letrista y también cantante, retratan como se va despoblando un pueblo de Aragón, que podría ser de Cuenca o de Soria en 1989 y como el viejo resiste con rabia en el saso, que en aragonés es una planicie en un sitio elevado que hay en muchos pueblos «Yo maldigo la ciudad/ Porque todos se fueron de aquí,/ Solo quedábamos Germán y yo./ Germán se murió en Febrero,/ Ahora solo se oye su ganado./Ahora solo el eco y yo» . Lo escucho ahora y le doy vueltas a la razón de que esto no sonase más en los tiempos en que La Frontera, musicalmente buenos pero de intrascendentes letras triunfaban comercialmente. El tiempo, al que se adelantaron , va pasando y esto va creciendo. «Yo maldigo la ciudad./ «Padre, que el pueblo ya no es pa’ vivir,/ Venga con nosotros a Madrid…»/ Así me hablan mis hijos pero yo me quedo,/ Y aquí he de morir.». Así que Mauricio Aznar, el alma de Más Birras, se cansó del rock y buscó en otra de sus pasiones, el tango. De ahí a la milonga y finalmente a la chacareca, el folklore de la región argentina de Santiago del Estero. Para eso fundó Almagato. Para definirlo hay una frase en su tumba , «porque quiso cantar, cantó».