Puro Americana. Oirla sin controlar mucho el inglés es pasear con un coche por un suburbio inquietante en cualquier serie, de culto o no. Por ahí comparan sus letras a los relatos cortos fríos y con distancia de Raymond Carver. El monótono ritmo de la canción acentúa esa sensación de que el tiempo se arrastra. Otras canciones de este Big Wheels del 2013 son mejores, Sooner Cheat Death Than Fool Love por ejemplo, pero no suenan tan americanas como esta.

Sorpresas te da la vida. Cass McCombs actúo en Cádiz el 21 de enero del año pasado presentando este disco. Por aquella andaba ocupado en mis riles y ya no voy a muchos conciertos pero conociendo la ciudad tampoco creo que hubiesen ido mucho más de sesenta. No sé si se presentó solo o con grupo pero este esquivo californiano se enfada cuando lo definen como cantautor. «Soy guitarrista. Eso es lo que hago, tocar la guitarra». Eso y escribir grandes canciones, tiene razón, cantar bien es lo de menos. La demostración, este desolado paisaje que habla de un pasado » If these lines are my last verse/ They might well be remembered also as my first/ And possibly even as my worst/ Fear and solitude, faithful as any friend/ Cannot even linger about after I descend/ My name is written in water and I’m gone again» y acompañado de una guitarra que le hace sonar como un mantra norteamericano.

No es un cantautor

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