En el 95 podías entrar en cualquier garito que pusiese música y  escuchar algo que no conocías de los Clash. Este tema podría estar sonando en cualquier local de ensayo de Kesington Road pero se hacia en California mucho después, en plena explosión punk-ska de los 90 por los alrededores de San Francisco entre tablas de skate y discos del sello Epitaph.

Y de Epitaph salieron para su quinto disco, en el 2003 marcando el fin de la escena de la Bay Area (Frisco-Oakland-San Jose), basada en el punk y el ska y que nació a la sombra del grunge pero con una visión más luchadora y proactiva. Allí estaban NOFX, Bad Religion y hasta de refilón, los Green Day. Los cuatro de Rancid representaban el espiritú del DIY, el club en el 924 de Gilman Street. Cuando todos sus compañeros habían firmado por majors y detrás de ellos estaba la misma Madonna para su sello Maverick, los Rancid decidieron sacar en el 94 su «…And Out Come The Wolves» con sus colegas de Epitaph, un sello indie. Un disco que sonaba a London Calling quince años después. Y que tenia sus dosis de humor como este «Olympia WA», el más clashero de todos, sobre la sensación de estar en el sitio equivocado, «Hangin’ on the corner of 52nd. and Broadway/ cars passin’ by but none of them seem to go my way/ New York City well I wish I was on a highway/ back to Olympia…». Pero los tiempos pasan.

Crestas, ska y… tatuajes

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