Nilsson, Lennon y alguien que no es Yoko Ono |
El piano parece imitar una señal de ocupado y a partir de ahí la desolación, solo un bajo le acompaña «One is the loneliest number that you’ll ever do two can be as bad as one it’s the loneliest number since the number one« y ahora un violonchelo, el instrumento más triste para el momento más solitario. Un elegante descanso en una estrofa «It’s just no good anymore since you went away now I spend my time just making rhymes of yesterday«, una flauta sutilmente presentada y ese «one» repetido hasta el masoquismo; «one is the loneliest number that you’ll ever do one is the loneliest number much, much worse than two One is the number divided by two One...». No es que fuera Nilsson un tipo solitario, durante finales de los sesenta su popularidad no solo venía de sus éxitos, sino de sus amistades con Lennon, Starr o Keith Moon, pero si que sabía reflejar ese sentimiento tan duro que a veces llega cuando se pone el día…y no te cogen el teléfono.