No son de mis grupos favoritos aunque tengo este disco muy gastado. Pero este contraataque provinciano a los nuevos románticos y a los tiempos de Cure fue muy oportuno para los amantes del pop más tonto. Se dió la casualidad de que en Hull, una ciudad con 300.000 habitantes en la costa noreste de Inglaterra, dos personajes tan diferentes como Norman Cook y Paul Heaton se juntaron para hacer este personal sonido que les llevo a hits tan porrilleros como «Me and the Farmer». Apenas dos discos juntos, del 86 al 88 con un hit navideño para el recuerdo universal, «Caravan of Love», una versión a capella del antiguo tema de los Isley Brothers.
El lado político de los Housemartins
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Pero había algo en ellos que les hacia especiales, un punto de boy scouts entusiastas. Heaton andaba más preocupado por el marxismo y el cristianismo (se preocupó de poner en la contraportada Take Jesus – Take Marx – Take Hope) y componía con Stan Collimore (guitarra), mientras que Cook (bajo) estudiaba como darle al baile y se le veía un poco aburrido. Sabían hacer voces como nadie pero creo que en las vocales pesaba demasiado Heaton. Sus medios tiempos eran intensos «Flag Day», «Think for a Minute» y sus hits espumosos («Happy Hour»), pero a mí la que siempre me gustó más fue esta venganza del reverendo, donde el reverendo Heaton deja de cantar y se pasa a la armónica. Después vendrían The Beatiful South y Freak Power, el aceite y el agua.
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