En Boys and Girls in America, su disco del 2006 estaba este pildorazo llamado Same Kooks. La banda de Craig Finn es en sonido al siglo XXI lo que eran Allman, Tucker, Skynnird y todas las demás. Aunque resida en Brooklyn, creció en el frio Minnesotta y ha visto cien veces a los Hüsker Dü. Asiduos visitantes de todos los locales que hay cerca de las universidades USA son un grupo de rock hionesto que cuenta historias.

Como Jolie Holland, Craig Finn lleva a su grupo por todas las carreteras de los States empapados en la gasolina del mejor rock sureño. Él pone la sombra Springsteen de unas letras expansivas y muchas veces literarias. Su compañero desde el principio Tad Kubler un guitarra de Wisconsin amante de AC/DC, aporta las seis cuerdas que hacen carburar todo este Same Kooks, y para el solo turbo de Farfisa ficharon al neoyorquino Franz Nicolay. Realmente Finn canta mal pero la furia de su recitado merece la pena. «Same kooks don’t shoot but they sure do sniff./ Same kooks can’t fly because their wings are clipped/ Same kooks can’t come but they sure do kiss/ Making love to the girls with the wrapped up wrists/ The lord takes away and the lord delivers./ Washed it all off in the Mississippi river.». En Minnesotta hace mucho frío pero de ahi han salido gente tan variada como Dylan o Prince, y algún que otro sureño enmascarado como este Craig Finn que como el viejo judío se fue de las frías praderas al urbano Brooklyn para poder vivir de la música.

Finn y Kubler, el cantautor y el heavy

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