Del disco donde por primera vez aparecía este ardiente blues-rock pesado, editado en el 79, apenas se vendieron más de 3.000 copias. En el 2014 los T-birds siguen pateándose los garitos de Tejas con Kim Wilson, su voz y armónica al frente, pero la formación auténtica era la de este disco, con Keith Ferguson al bajo, Mike Buck a la batería y Jimmie Vaughan, hermano mayor de Stevie Ray, otro eminente guitarrista. Esta fue la que poco después firmó con Chrysalis para volver a editar «Girls Go Wild» donde estaba este contundente «She’s Tuff». Músicos de músicos, Eric Clapton y los Rolling les pidieron como teloneros en sus giras americanas. Su mayor éxito llegaría un poco más tarde con «Tuff Enuff» producido por Dave Edmunds en el 86.  

Nadie como ellos ha sabido esa mezcla entre el rythm’n’blues más chispeante de Chicago con la pesadez de la base rítmica del boogie sureño.

A Kim Wilson, un californiano que a los 17 se fue al midwest en busca del blues para acabar en Austin se le conoce como el armonicista blanco más grande desde Paul Butterfield. Jimmie era ya un músico veterano que había teloneado a Jimi en el Austin del 70. La banda marca el paso y Wilson y su armónica son los protagonistas de toda la canción, su chica camina como nadie, «You oughta see my baby/ when she walk down the street/ Upsettin’ everybody she meet/ She’s twenty-three in the waist,/ thirty-eight in the hips/ She got long black wavy hair and ruby-red lips/ Oh she’s tuff/ Oooo, she’s tuff/ My baby’s tuff, she ruff and tuff/ And that’s tuff enuff». Los tres minutos justos de canción huelen a los garitos de blues que bien conocen los Guadalupe Plata, es la tierra de la frontera y Jimmie Vaughan el rey de la tex-mex Stratocaster.

Vaughan y Wilson en Austin (1980)

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