Mi crooner favorita. Suena tan suave como parece y devuelve el tabaco a su sitio en el ritual de los humanos. Un cigarrillo a tiempo sirve para relajarse con el humo, dejarse ir, para disfrutar mejor de un paisaje o alejar los nervios de una espera. Esto pertenece a la era de lo que se llama standard songs, las que beben de los años 20 y 30, cuando no había estadios y la música se concentraba en garitos y salas de fiestas.

El espíritu de esta canción es como el de Ode to Viceroy del Mac DeMarco actual. Sólo hay una diferencia, ahora fumar tabaco es casi un acto de rebeldía vana, ser un yonqui legal. Cuando la sacaron Glen Gray & The Casa Loma Orchestra en el 33 era un instrumental de jazz basado en los arreglos de la banda de Duke Ellington y compuesto por Gene Gifford (https://www.youtube.com/watch?v=-rGkND5bJqU ), y el fumar y hacerlo bien era demostrar elegancia. A finales de ese año la sacaron The Mills Brothers con la letra de Ned Washington, poco después también Django Reinhardt y hasta Sam Cooke hizo su versión. En el 97, KD quiso hacer un disco dedicado al humo y entre Smoke Dreams, My Last Cigarette o My Old Addition, coló esta version donde el clarinete es una steel-guitar. «Why do they seem to picture a dream of love/ Why do they fade my phantom parade of love/ Puff puff puff puff your cares away/ Puff puff puff night and day/ Blow blow them through the air silky little rings/ Those little smoke rings I love take me above with you». Puff, Puff, Puff

KD y un amigo

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