Aunque suenen ahora más que nunca, The Brian Jonestown Massacre no son unos recién llegados. Otra cosa es que la ola neopsicodélica los esté trayendo a la playa, pero está gente jugaba con los Dandy Warhols hace diez años. El grupo se centra en la figura de Anton Newcombe un personaje obsesionado por los Rolling que titula sus discos como «Their Satanic Majesties´ Second Request» o «Bringing It All Back Home – Again», que toca más de 80 instrumentos, y que aunque ahora cuide de su hijo en Berlín, ha gustado de andar al límite.

Con un deje inequívocamente velvetiano, pero con unas melodías fieles a su sentimiento stone, van desgranando su apuesta por el cruce imposible de los Quicksilver y el bajo de Sterling Morrison grabados en lo-fi. Por sus cabezas han pasado otros sonidos, otras drogas y otras crisis asi que lo que ofrecen va más allá de las referencias. Y no les importa abusar de ellas, esta canción incluida en su tercer disco, «Take It from the Man!», tenía una versión larga en la que se mezclaban el «Sympathy for the Devil» y el «Hey Jude». Ese toque entre Stones y Velvet es lo que los aleja de la psicodelia más militante, y los coloca en la onda del brit-pop al arrancar el estribillo:

Newcombe es el que está de espaldas

«we just want you to free yourself/ you see/ we want you to free yourself/ it does no good to pretend that you are me/ why don’t you be you/ i love you but/ you drag me down«

Pero cuando de verdad suenan sesenteros es en los 25 segundos de solo de guitarra que se cuela al final. 

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