Un grupo que debuta en Cannes? Pink Martini son de suplemento dominical. Con un punto de sofisticación pop pero sin abandonar la postura chic del intelectual urbano y moderno al que se le pegan todas las etiquetas. Ideal para caterings, galerías, y eventos de moda… y condenadamente buenos. Formados en Florida alrededor del pianista Thomas M. Lauderdale son la personificación del brunch, lo cool y el sexo en Nueva York. Pero no hay que dejarse cegar por la apariencia, aunque sea mucha.

Las cintas transportadoras de Lauderdale y su cambiante grupo son un laberinto de los estilos blandos del siglo XXI. No esperes ninguna fiereza soul (la pueden hacer si quieren), Pink Martini no gustan de las estridencias y lo suyo es más la seda. Pero, joder, rebosan clase. Y si tienes doble cristal, te sientes bien, hace un día bonito y es domingo por la mañana te pueden hacer creer cualquier cosa. Se pueden escoger sus duetos con cantantes japonesas, sus revisiones navideñas o sus repasos bossa. Darán el pego en cualquier momento con la frialdad de una esmerada educación. «He sits with his paper/ At a sunday table./ Just another morning../ She steps into his gaze./ He looks at her,/She looks at him,/ For a moment there is nowhere she is going.» Como un Ferrero Rocher para un hipster.

Siempre cool

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