Un amigo que trabajaba en la Renfe de Vigo tuvo los huevos de montar con un viejo colega un garito en su barrio de Madrid, y un día de visita por allí, al entrar sonaba esto. Fue el primer día que escuché a los De La Soul. Tan fuera de lugar como cuando el Gato y yo llevamos un disco de Joe King Carrasco a una caseta de la Feria de San Fernando. La noche acabó en otros sitios escuchando el Vente Pa´Madrid o los Gypsy Kings que era lo suyo. Y siempre que oigo The Magic Number y la Intro que le precede me acuerdo de él y de esa noche.
Era la Navidad del 89, el mismo año del Rap in Madrid, sí, el de Hey Pijo. Pero las bases de esta gente eran cósmicas comparadas con el primitivismo de los grupos madrileños. Tampoco es que fueran demasiado apreciados en los barrios norteamericanos, donde ya empezaban a mandar el gansta. Los DLS fueron claramente los hippies del movimiento. Y lo pagaron. Su segundo disco, mucho más funki, con letras donde se denunciaba el camino que iba tomando el gansta, que explotaría en el 96-97 con los asesinatos de 2Pac y Notorius Big por el sistema de disparar desde un coche en marcha. A su aire siguieron en el tinglado y en el 2006 se permitieron el lujo de firmar con Damon Albarn el FeelGood Inc. y ser una parte de ese ente llamado Gorillaz. En este año han firmado un tema con DJ Shadow y se han embarcado en una gira nostálgica de hip hop junto a otras viejas figuras como Run DMC, todos los viejos maestros del hip-hop, muchos casi cincuentones. Ahora que el gansta se ha transformado en el concepto música urbana y lo latino se ha hecho fuerte en el rapeado no está de más escuchar como hace treinta años este trío hallaba el número mágico; «3/ That’s the Magic Number/ Yes it is/ It’s the magic number/ Somewhere in this hip-hop soul community/ Was born 3 Mase, Dove and me/ And that’s the magic number». A la salud de mi amigo Pepe Lara y su barrio de Villaverde.