Este grupo y los Zutons puede que no tengan nada que ver pero a mi siempre me han sonado parecidos. Son contemporáneos, los dos tienen un líder claro y los dos caminan por la línea del pop claramente brit. Un estilo muy particular que quizás empezase Ray Davies allá a mediados de los 60. Son corrientes tan británicas como las parkas, el tweed, Jamie Oliver cocinando espárragos o ver juntos a Morrissey y Jarvis Cocker coger una taza de té y adivinar como van a poner el meñique.

Y sin embargo Decemberists son de un sitio tan americano como Oregon. Igual que en los sesenta las bandas inglesas influyeron en el garage americano, el brit pop echó raíces entre los bichos raros como este Colin Meloy, el cuentahistorias de la banda, que languidecía en un lugar tan poco indie como Montana. De la misma manera que le pasó a los Count Five, los Decemberists no suenan a pradera, suenan a ciudad global. En los despistados primeros años del XXI se colaron en las listas junto a la sus compañeros de estilo, The Zutons, estos sí, ingleses. Y en Picaresque su trabajo del 2005 hicieron su disco más europeo con canciones como The Infanta, la gran Sixteen Military Wives y esta ambigua The Sporting Life, «There’s my father looking on/ And there’s my girlfriend arm in arm/ With the captain of the other team/ And all of this is clear to me/ They condescend and fix on me a frown/ How they love the sporting life». Su teatral manera de entender el pop duró un par de años más y para cerrar el círculo en el 2011 lanzaron The Queen Is Dead, un disco decididamente americano.

En su lado mas folkie

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