Un fotógrafo capta por casualidad la secuencia de un asesinato en un parque de Londres. A través de ese momento Antonioni rodó Blow Up una de las películas de culto del cine europeo. Y metió el rock dentro del guión, aunque eso parezca un desfile de modelos. Un momento raro en una película para cinéfilos que arrancaba como un cuento argentino.

Un grupo de Londres

Y allí estaban los Yardbirds como representantes del swinging London que se quería reflejar. Durante sus poco más de cinco años de vida por ella pasaron en dos épocas bien diferentes, tres guitarristas clásicos del rock. En la primera, dominada por el blues el guitarrista fue el joven Clapton, que se marcha en el 64 con John Mayall, antes de sus aventuras con Cream y Blind Faith. En la segunda aparece Jeff Beck y en el 65 se les une Jimmy Page. Ese es el Londres de los Small Faces, los Kinks, los Who y todos los hongos del mundo. En el 67 les deja Beck y el resto es casi Led Zeppellin. Pero aquí están en su mejor momento. Aunque sean segundo plato porque The Who no quisieron salir y Antonioni quería una escena tipo Towshend. Asi que se la encargaron a estos Yardbirds que se largaron un Train Kept a Rollin’ eléctrico y garagero de los 60 que sería la envidia de cualquier década, con Beck haciendo de Pete y el director filmando toda una fábula para su ingeniosa película. «Aboard a train/ I met a dame/ She was a hipster/ Man a real gone dame/ She wasn’t pretty/ For New York City…»

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