Una canción para oidos sencillos. Un cantautor americano tan escondido como respetado. Apocado pero capaz de firmar un disco con Alan Vega. Tan loco por los coches Rambler como para mosquearse con el sonido de un estudio y montar en el 96 primer lo-fi de la historia en su propio coche. De allí salió Rambler 65. No fue la decisión más inteligente de mi vida, acabó siendo claustrofóbico.

Pertenece a la clase de cantautores americanos que han conseguido continuar su carrera gracias a Europa, y como Alex Chilton y Jonathan Richman tiene sus últimos discos editados en sellos como Munster. Dicen que Vaughn ama tres cosas, la música, los Ramblers y ser diferente. Y un día decidió unir las tres cosas. La mayor parte de su producción es garajera, guitaras económicas y precisas, armónicas y boogie, más bluesman en su Quintet. Con Alan Vega y Alex Chilton firmó Cubist Blues. Ben Vaughn es un amante de los coches pero no le gusta quemar rueda por quemar. Todo el mundo dice que su vida musical comenzó con Duane Eddy, un tipo tranquilo.Y con un lindo arpegio canta sobre los alegres días del pasado «I used to go see foerign movies/ so I could learn how to smoke/ I used to believe almost everything I read…» cuando los años han pasado «I never stopper to count the days/ till years went down the drain/ back in the days when free love reigns», Y desde la sirena del principio todo transcurre como un paseo tranquilo en un coche potente. Nada mal para un amante del lo-fi más radical.

En el coche-estudio grabando Rambler 65

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