Hay sonidos que identifican una ciudad: el piano de Nueva Orleans, el Tamla Motown de Detroit o el rythm´n´blues de Chicago. Un lugar y una época. Eso, exactamente, hizo Phil Spector en sus años dorados, entroncando, como buen judío, con el método comercial del legendario Tin Pan Alley. Puro Nueva York, puros sesenta. Lo consiguieron años después otros manzaneros ilustres llamados los Ramones con consecuencias de todos conocidas.
Su Nueva York es el de los primeros 60, el de las editoras donde moraban Goffin y King y donde un adolescente Lou Reed intentaba vender sus primeras canciones. En 1960 Spector aterrizaba en la ciudad para ser ayudante de Leiber y Stoller, otra mítica pareja. Un año después ya estaba montando Philles Records y dos después las Ronettes editaban Be My Baby. En el 65 sus grupos teloneaban a los Beatles que les echarían de las listas. Dos años después sus grupos de chicas fueron deshaciéndose y esta You Came, You Saw, You Conquered del 69 fue su canto de cisne. No le faltó trabajo, su muro de sonido habia calado hondo y se pasó los primeros 70 produciendo prácticamente todo lo que salía de Lennon o de Harrison. De finales de la década es también su colaboración con Leonard Cohen en Death Of A Ladies´Man y las tremendas broncas con un Lennon desmadrado sin Yoko en las grabaciones del minusvalorado Rock And Roll del beatle. A partir de ahí, el famoso disco con los Ramones y un enclaustramiento cada vez mayor que le llevó al triste final que todos conocen. Y esa segunda persona del título de la canción bien puede cambiarse por una primera que refleja el talento megalómano que llevó a este medio ruso a ver, llegar y conquistar Manhattan. «I didn’t have a care or worry/ I wasn’t in the slightest hurry/ To fall in love and give my heart away oh baby…»