Hace unos años el condado de Long Island evitó el derribo de una casa. Se trataba del número 247 del Candlewood Path en Dix Hills, los suburbios de Huntington, New York, donde John y Alice Coltrane vivieron los últimos años de la vida del saxofonista. Los años en los que se sumergió en lo espiritual, los años de A Love Supreme y los años en los que nacieron sus tres hijos. Los 50 fueron el reino de la heroína en el jazz, pocos salieron indemnes, pero parecía que Coltrane lo conseguiría.

Cuando lo conoce, Alice McLeod toca el piano en la banda de Terry Gibbs, un vibrafonista blanco que triunfa en la televisión allá por el año 63. Ella era una mujer religiosa inclinada al budismo, la primera mujer de Coltrane era una musulmana conversa, y después del budismo de Alice, el saxofonista no dudaba en afirmar que creía en todas las religiones. Durante su matrimonio, además de A Love Supreme hay continuas referencias al budismo y hasta un canto a la sílaba esencial, Om. La muerte de John Coltrane en el 67 empuja a Alice a una búsqueda mayor de espiritualidad y sus dos primeros discos A Monastic Trio y Huntington Ashram Monastery así lo demuestran. Después de un viaje a la India de varios meses y de cambiar su nombre por el de Turiya lanza Path, The El Dadoud, en el año 70, un disco más terrenal donde toca este Turiya como si fuese un arpa, su verdadero instrumento. En el 83 funda en California el Vedantic Center de Santa Mónica, una comunidad desde la que sigue lanzando discos cada vez más budistas y de la que desciende Flying Lotus, un sobrino nieto suyo y un músico a seguir. Murió en el año 2007 y está enterrada junto a su marido John en el condado de Suffolk, el mismo que la casa de Dix Hills.

A cuatro manos

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