No se hace justicia a la Velvet sin el lado Cale. Es difícil escaparse a la frialdad falsamente pegajosa de Sunday Morning o I´ll Be Your Mirror, pero el trabajo estaría cojo si no se reconoce esa obsesiva viola del músico con más talento del grupo. Ya sabemos como el azar lo juntó con Lou y sus amigos, como Warhol los acogió en su locura art-living y como los utilizó y lo utilizaron. Pero Lou y John Cale llevaban trabajando juntos dos años antes de que en la primavera del 66 saliese la banana, un verdadero artefacto de explosión retardada. Y sabían lo que hacían.
La poesía la ponía Lou, también el pop. Para el galés quedaba la tarea de dotar de angustia las visiones de Reed, capaz de la más absoluta ternura en «I´ll Be Your Mirror» y de la visión más fría en Heroin. Solo hay dos canciones firmadas por el dúo, esta y la pequeña maravilla pop de Sunday Morning. European Son, una canción ruidista de siete minutos aparece firmada por todo el grupo. El resto, todas por ese Lou Reed con pinta de tipo duro. Ese personaje que le pareció tan frágil a John Cale la primera vez que se vieron. No encuentro su protagonismo en Sunday Morning, una canción de Lou cantada por Nico, aunque Cale diga que fue compuesta para que la cantara él, pero en esta Black Angel, la viola adquiere la categoría de voz. El sonido repetido y chirriante es la verdadera poesía de la canción, por encima del recitado obsesivo y nasal, provocador, «Cut mouth bleeding razor’s/ Forgetting the pain/ Antiseptic remains cool goodbye/ So you fly/ To the cozy brown snow of the east/ Gone to choose, choose again …» la auténtica marca de fábrica. Cale fue expulsado de la Velvet en el 68, la misma Velvet desapareció un año después. Los dos siguieron caminos distintos, con más éxito por el lado europeo que por el americano y sólo volvieron a trabajar juntos en el 90 para homenajear a Warhol en Songs For Drella. Pero no era lo mismo. Como Cale dijo más tarde, había muchos malos hábitos por medio.