Tengo varios amigos que son fans hasta las cachas de este cantautor de voz característica. No soy uno de ellos. Lo conocí tarde y aunque me rindo ante muchos de sus temas me agobia un poco esa voz que rasca y esa impostura terminal. Me gusta más cuando se acerca al cabaret, tirando de ironía y burlesque. Cuando suena más clásico. Año 85, Rain Dogs. Después de acusar al piano de estar más borracho que él se marca una canción de paisajes.
La de actor es la cara B de Waits. Y en este video dirigido por Mondino da buena muestra de su otra faceta. La del personaje de segunda fila. En el cine Waits no es protagonista, pero impacta. Puede ser ese personaje parece que perdido que apoyado en una farola mira la escena desde lejos, el lugarteniente de una banda de moteros malencarados, o el monje deforme del Nombre de la Rosa. Aquí hay un Waits vagabundo que toma notas para escribir esta postal de Nueva York que le acerca a otros trovadores de la ciudad. No hay experimentos jazz en esta canción, hay una perfecta estructura pop. Desde la ventana observa los trenes, «Outside another yellow moon/ Punched a hole in the nighttime, yes/ I climb through the window and down the street/ Shining like a new dime/ The downtown trains are full/ With all those Brooklyn girls». Por mucho que les joda a los popes de Tom Waits, que son legión, es una grandísima canción donde aparece por primera vez en su mundo la perfecta guitarra de Marc Ribot.