Hablar de Uncle Tupelo es hacerlo del cuore del nuevo country que hace tiempo tiene a Nashville como una especie de museo. Jay Farrar, un tipo de Chicago, hizo sitio en su grupo, The Pebles a su amigo Jeff Tweedy. Poco despues pasaron a ser The Primitives y en el 89 ya se llamaban Uncle Tupelo. Presumían de estar tan cerca de los Minutemen como de Hank Williams y acabaron siendo más punks que nadie reivindicando a Dwight Yoakam en conciertos donde iban fans de Dinosaur Jr. Dos personalidades fuertes y diferentes, Tweedy y Farrar con la batería de Heidorn en medio.

Tweedy más comercial, Farrar más oscuro pero los dos con la fiebre Parsons en las venas. Del 89 al 92 fueron abriendo camino, eran los años más comerciales de R.E.M. y los Uncle parecían ser su lado rockero y puro. Fueron creciendo y pasaron a ser cinco y a llevar banjo y mandolina. Después de un par de discos en una indie van a grabar su primer disco para una grande y es entonces cuando deciden marchar cada uno por su lado, Anodyne quedará como su debut en el mercado grande y su último disco. Tweedy se queda con la mayor parte del grupo y lanza Wilco. Jay Farrar monta Son Volt que le dura hasta el 99. Desde entonces discos en solitario y giras como esta Stone, Steel & Bright Lights junto al grupo Canyon donde aprovecha para hacer versiones de Pink Floyd por el lado Syd Barrett y esta revisión fiel del genuino estilo Young. En Shakey, su biografía no autorizada, el desconfiado Neil comenta como se dió cuenta muy joven de su capacidad de perderse en la guitarra de una manera que a la gente le gustaba. Y Jay Farrar le coge la palabra, «You are like a hurricane/ There’s calm in your eye/And I’m gettin’ blown away/To somewhere safer where the feeling stays».

Con los Canyon en 2013

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