No estaría completa la Velvet sin el espíritu de Nico. Andy Warhol sabía lo que se hacía cuando le dijó a un joven compositor llamado Lou y a su despistado y sabio amigo John que sólo les ayudaría si contaban con la distante modelo alemana en su visión del pop como una performance. O quizás fueron ellos los que le siguieron el rollo a Andy Warhol, sabiendo que eso les abriría las puertas de su cuarto de hora de fama? Fuese como fuese la combinación no pudo ser mejor.

Warhol ayudó a crear algo tan memorable como sus Campbell´s Pictures. Si hay un grupo que se adelanta a su tiempo ese es la Velvet. Editaron en los 60 lo que sería objeto de culto en los 90. Dos únicos discos con dos caras bien distintas. Las canciones más clásicas que componía Lou Reed y los desarrollos que sobre ellas hacían. I´ll be Your Mirror y Sister Ray. El espiritu de Lou Reed, claro compositor de todas y el de John Cale, detrás del experimento sonoro que cada uno por su cuenta no fueron capaces de volver a construir. Y luego las canciones como ésta o Sunday Morning, simples canciones de amor apenas mal cantadas por una amateur asustada y musicadas con una economía punk que las hacía gélidas. Tan frías como la acogida que el mundo del 68 dedicó a sus discos. «When you think the night has seen your mind/ That inside you’re twisted and unkind/ Let me stand to show that you are blind/ Please put down your hands/ ‘Cause I see you…», una letra como esta demuestra que Lou no podía ser tan fiero como aparentaba ser.

Warhol y la Velvet

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