Ese bajo y esa voz que nos ponen del tirón en el «In-a-gadda-da-vida» son de unos australianos que andan modificando el panorama desde 2012 con «Lonerism», al que pertenece este lisérgico «Elephant». El proyecto de Kevin Parker, un músico de Perth, el sitio más lejano posible de Europa, fue en sus comienzos totalmente autónomo. Para desarrollar su repertorio en el estudio reclutó a Dominic Simper, bajo y Jay Watson batería, a los que se añade Nick Allbrook como guitarra en directo. «Innerspeaker» en el 2010 ya les colocó en la misma división en la que jugaban los nuevos psicodélicos, gente como MGMT o Animal Collective.
Pero esa forma de cantar ya no es tan de los setenta aunque la letra si que tenga ese punto inquietante de las dimensiones líquidas; «Well he feels like an elephant/ Shaking his big grey trunk for the hell of it/ You know that you’re dreaming about being loved by him/ Too bad your chances are slim» y el primer cambio. Segunda estrofa, otra vez el octosílabo y otra vez el parón. Hasta que a partir del 1:15 y tras una bajada de bajo estilo Pink Floyd lo que era el bajo pasa a ser sintetizador y aparecen los paramecios y el festival de teclado. Los Tame Impala tienen todos las referencias y las manejan bien. Un minuto y medio después el bajo Hoffner estilo McCartney vuelve a tirar del carro y todo es como al principio, cuando no había estado el chamán; «Somebody grabbed his collar/ He cried the whole way home/ Nobody remembered a thing when they saw him again/ That’s how it is till the end«. Un terroncito de azúcar psicodélico con las gotas justas de riff.