En el 2011, Jorge Ilegal decidió darse una vuelta de tuerca y con cuatro buenos músicos juntó a Los Magnificos, su grupo de acompañamiento cuando no es Ilegal. El viejo ogro que iba a toda hostia por la carretera se queja, venticinco años después con un joropo mejicano de despedida.

Oir esas marimbas y recordar el Soy un macarra no viene a cuento, cambia la música pero no el cascarrabias que canta como siempre. «Grito al ministerio de Salud Pública/ Todo lo que llaman sano quiere matarme./ Mejor es fumar cigarros abandonados,/ esnifar a la Bestia hasta subirme por los tejados». La abundante leyenda del asturiano habla de su casona de Avilés, una colección de guitarras y otra de soldados de plomo. Un dictador con unos Magníficos a los que exige hasta la última nota. Este verano ha recuperado a los Ilegales con nuevo disco y el año pasado juntó a viejos colegas en su estudio La Casa del Misterio para sacar Nos Vimos en el Psiquiátrico, «uso gafas oscuras pa´ver boxeo/ pero siempre me duerme, nunca lo veo,/ será que todo acaba por aburrirme./ Solo el veneno da fuerzas pa’ divertirse./ ¡Viva quien quiera vivir!/ ¡Muera quien quiera morir!/ Quien quiera llorar, que llore… «

El Ilegal de ahora

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