Este single y uno de Smash los compré con mi colega Felipe en el verano del 76 en los Sótanos, en la tienda de Discoplay que con su catalogo formato A5 hizo llegar discos a todos lados. Me acuerdo de todas las estaciones de la linea 1 que iban de Alvarado a Santo Domingo, incluida la fantasma. El Madrid de ese momento se movía en círculos más estrechos. Recién llegaba Moris a Barajas y el que partía el bacalao era Mariscal Romero y los primeros Ñu, aún con Rosendo. Y estos dos singles me mostraron gente de Sevilla y Barcelona que, seis años antes hacían temas bastante más sofisticados que lo que se estilaba por Aurrerá.

Maquina! y Smash llevaron vidas paralelas a casi mil kilómetros. Las dos bandas se formaron en el 68 y se disolvieron en el 73. Cinco años en los que fueron los únicos grupos de España capaces de llevar la música pop al nivel de creatividad de USA o UK. Los sevillanos más rockeros y populares, los catalanes más por lo progresivo. Jordi Batiste (bajo), Enric Herrera (teclados) y Luigi Domenech (guitarra) después de acompañar a Sisa y a gente de la nova canço deciden tirar por lo experimental, por el free-jazz, dejando también lánguidos blues que los asemejan a unos Manfred´s Mann recién llegados de Carnaby Street, como este «I Believe». Acababa de llegar de San Fernando, para volver a vivir en Madrid y ese verano estaba muy descolocado. Así que esta primera incursión disquera con mi nuevo amigo Felipe, tan yonki del rock como yo, me alegro un verano del que apenas recuerdo más que piscinas y muchas tardes hablando de música en el parque de la avenida General Perón o en la glorieta de Montevideo. 

Otro de los singles de Máquina! Psicodelia naif

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