Juntar flamenco y pop es tan explosivo como comercial. Está más que demostrado. Petardos o bombazos siempre vende. Y tiene momentos de pura quimica. Este es uno de ellos. Como si Battiato hiciese un aterrizaje forzoso en la Latina. Para ser justos hay que remontarse a la Sevilla del 78 y encontrar las primeras pistas que hablan de gente ampliando el compás. Lo hacen Lole y Manuel y lo hace Triana. De ahí aprenden los adolescentes artistas y gitanos y de ahí sale el Vente pa´Madrid de los Ketama. El más músico de ellos es Ray Heredia que los deja un año más tarde. Y es el culpable de traerse al italiano. Ya es el 90.

Se junta con Teo Cardalda para dejar estos escasos cuarenta minutos donde flotan estos densos cuatro minutos que van de ida y vuelta a lo bueno y lo malo. Entre canciones buenas y regulares se esconde esta melodía que va y vuelve, se pega y un mes después de aparecer el disco coge un aire helado. Ray Heredia no llegó a ver, ni siquiera suponer lo que este disco llego a significar y un mes después de que Nuevos Medios lo editase murió de una sobredosis de heroína. Así es la vida, así es lo malo. Para lo bueno no necesitó a mucha gente, dominaba todos los instrumentos y tenía el talento y la curiosidad. En el disco había dos canciones que destacan muy por encima, una es Alegría de Vivir, otra la que lleva esta desolada letra » Mi tiempo se pasa y los años me cansan/ De ver la mentira que trae gente vana/ Mi tiempo esté en vilo, no sé que me pasa/ Mentiras, palabras, todo es una farsa/ Tengo un momento de ansias mundanas/ quisiera decir lo que siento en mi alma/ Que la vida pasa, hoy pasa.». A veces, siempre, la vida es así. 

Un príncipe gitano

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