El último grupo que ha facturado algo de rock realmente interesante en los últimos veinte años. Aún mantienen su gancho y después cuatro discos muy buenos y un largo parón en este mes de mayo tienen nuevo trabajo en la calle, Tranquility, Base, Hotel & Casino y en verano estarán en algún festival que no creo que sea Benicassim. Aquí hay un personaje imprescindible, Alex Turner compositor, líder, vocalista y lo que sea de los de Sheffield. No hay discusión. Pero para mi gusto hay otro más anónimo y casi tan importante porque mucho de lo que distingue el sonido de los Arctic está en las baquetas.
Turner tiende a lo épico pero aunque brilló en el primero de Last Shadow Puppets, se aburrió como una ostra en el segundo, seis años después. Esa puede ser una de las causas de la reunión. El viejo Alex echa de menos un poco de electricidad y le va sobrando épica. Mientras tanto no está de más recordar este video entre surrealista y crudo grabado en sus queridos suburbios. Tan simbólico y extraño como cualquiera de sus letras y con un final entre violento y macarra, como una serie de polis inglesa. Y volver a escuchar el talento particular que tiene Turner para comenzar unas canciones con unas líneas tan sonoras como oscuras «Anticipation has a habit to set you up/ For disappointment in evening entertainment but/ Tonight there’ll be some love/ Tonight there’ll be a ruckus yeah regardless of what’s gone before/ And she won’t be surprised and she won’t be shocked/ When she’s pressed the star after she’s pressed unlock/ And there’s verse and chapter sat in her inbox/ And all that is said is that you’ve drank a lot». Y apreciar a un batería duro, eficaz y sincopado que como todos los baterías dice que empezó por casualidad y que como todos los buenos baterías no destaca precisamente por sus solos, sino por su manera de llevar firme pero sin tensar la cuerda del grupo. Con ustedes, Matt Helders
