John Cale que después puliría el ingenuo Ice Cream Man está también detrás este mítico Roadrunner donde está todo el sonido que la Costa Este cocía ajena al verano de las flores. La Velvet Underground pinchó en el mismo Fillmore de SF que llenaban cada día los Grateful Dead. Pero al otro lado conseguián que un chaval de 16 años de Boston fuera hasta NY sólo por ellos.
Una vez en NY Jonathan Richman hizo amistad con el manager de la Velvet, que le dió alojamiento y un curro en los conciertos del grupo. Después de más de 500 bolos, la Velvet se acabó y con ellos las aventuras en la gran ciudad. Se volvió a Boston y con el caché conseguido convenció a dos futuros Talking Heads para montar sus primeras canciones. Las viejas amistades le valieron para que John Cale se involucrase en la grabación de las demos. Y lo hizo bien. El ambiente de este Roadrunner tiene ese sonido único que ponía la viola en la Velvet y que aqui pone Harrison con los teclados. «I’m in love with the modern world,/ Massachusetts when it’s late at night,/ And the neon when it’s cold outside,/ I got the radio on…/ Just like the roadrunner». En el año 72 cuando Rotten estaba en el colegio y Strummer empezaba a ser un hippie, este alunizado Richman sabía plasmar dos años locos de aventuras Velvet con la sencillez de los elegidos y la anticipación de los visionarios. No se editarían hasta el 76 cuando Richman ya no se acordaba de la electricidad, pero eso es otra historia.
