Ya tardaba en salir Ray Davies. El más inglés (con permiso de Towshend) del pop sesenta con etiqueta british. Un mítico riff, el de «You Really Got Me» les allanó el camino a nivel mundial. Y otro riff, todavía más sencillo abre este «Sunny Afternoon» que interpretan desde un parque helado, humor inglés. Pero no se harían grandes por los riffs sino por sus canciones, irónicas y a veces ácidas viñetas de la sociedad inglesa, envueltas en unas melodías, a veces de music-hall, que descolocaban a los que todavía esperaban el «You Really Got Me». La personalidad de Ray Davies era algo más que una guitarra y un riff.

Este single, del verano del 66, quitó de las listas al «Paperback Writer» y preparó el camino para el «Face to Face», el mejor disco de los Kinks. Va como «Taxman» de impuestos, pero vistos de una manera más satírica. Esta vez es un rico el que se queja; «The tax man’s taken all my dough/ And left me in my stately home/ Lazing on a sunny afternoon/ And I can’t sail my yacht/ He’s taken everythin’ I’ve got/ All I’ve got’s this sunny afternoon/ Save me, save me/ Save me from this squeeze/ I’ve got a big fat momma tryin’ to break me».  Fue el primero en acuñar el término conceptual refiriéndose a sus trabajos y en su segundo single «A Well Respected Man» (la primera aparición al piano de Nicky Hopkins), anunció el cambio que les valió dejar de triunfar en los USA y hacerlo en casa, en Inglaterra. Después vendrían «Warterloo Sunset» , «Victoria» o «Lola», grandes canciones pero ya no hits mundiales. Mantenerse como grupo grande, pero no inmenso, les facilitó ser recuperados en los noventa como la referencia para gente como Damon Albarn, Paul Weller y demás protagonistas del brit-rock.

Ahí va una de «You Really Got Me»

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