Que todo está inventado es una frase vieja en el rock, lo que se inventa a cada momento es el sonido, el feeling, la forma. Haciendo el estilo que sea, una chispa puede encender la llama, convertir algo previsto en una pegajosa canción. El rockabilly, el blues, el jazz, el rap, el rythm’n’blues, el ragtime o el flamenco son estilos, como los recree cada uno, es talento. Como el de Brian Setzer y sus amigos, Slim Jim Phantom (bajo) y Lee Rocker (batería) que no dudaron en emigrar en los 80 de Long Island a UK, donde un revival rockabilly les ofrecía más lentejas que la oscura Nueva York.
Alli conocen a Dave Edmunds, integrante de Rockpìle y personaje importante del pub-rock, que les ofrece producir un disco. Firman por Arista, graban en cinco días y en febrero del 81 «Rock This Town», su segundo single, está en la calle. Tienen una imagen potente, una mezcla de tupés cardados, una imposible indumentaria neorockabilly y su sonido clásico de contrabajo y batería de pie prende como yesca en las listas. Son tambien los tiempos de Robert Gordon… y de Loquillo. Lo primero maquearse; «Well my baby and me went out late Saturday night/ I had my hair piled high and my baby just looks so right/ Well, pick you up at ten got to have you home by two,/ Mama don’t know what I’ve got in store for you/ Well that’s alright ‘cause we’re looking as cool as can be» y después comerse la ciudad «We’re gonna rock this town, rock it inside out/ We’re gonna rock this town, make ‘m scream and shout/ Let’s rock, rock, rock man rock, rock/ We’re gonna rock till we pop, We’re gonna roll till we drop/ We’re gonna rock this town, rock this place apart«. Los rockers siempre fueron honrados currantes y honestos delincuentes, listos para el sábado noche.
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