Antes de la Guerra de las Galaxias, George Lucas, producido por Coppola, estrenó American Graffitti, una de las mejores películas musicales de todos los tiempos. Un pueblo del 62, la última noche del verano y el primer año de universidad de los protagonistas. El  único personaje real de la película es Wolfman Jack, el locutor de radio del rock´n´roll que puntuaba las canciones por el número de aullidos que lanzaba. Las llamadas de teléfono y como se descubre su truco son el hilo conductor de la impresionante banda sonora de este peliculón que ví por sorpresa en una sesión doble en un cine de Bravo Murillo.

Aqui contesta a Dreyfuss que le pilla el truco con la broma de la larga distancia, mientras empieza a sonar el tema que Holly y los Crickets grabaron durante el 57. Ya canta con esa manera caída que le copiaría con descaro John Lennon y la forma de tocar la guitarra es un homenaje a los viejos guitarristas de blues como Lonnie Johnson. Resuelto a cantar desde que a los cinco años gano un concurso en su pueblo de Tejas y convencido por el rockabilly cuando vió a Elvis en el 55, en solo tres años dejó la huella más larga que se conoce. Por su manera de cantar, de componer y también por su imagen alejada del rocker al uso. Se podía hacer muy buen rock´n´roll y defenderlo en el escenario vestido de bueno y sin perder credibilidad. El peligro del rock´n´roll para los amantes del sentido común. El lobo vestido de oveja que le dice a su chica que nunca le podrá dejar, «Well that’ll be the day when you say goodbye/ Yeah, yes that’ll be the day when you make me cry/ You say you’re gonna leave me, you know it’s a lie/ ‘Cause that’ll be the day when I die«. Como decía Wolfman Jack al principio, The Late Great Buddy Holly and The Wolfman Jack Show.

Con la mitad de los Everly Brothers

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