Después de muchos años, el country, conservador por naturaleza, ha dejado de estar colonizado por las ideologías y la bandera USA. Los hermanos Avett, Seth y Scott comenzaron su andadura con Nemo a finales de los noventa y consiguieron su estilo propio con la entrada en 2002 del contrabajista Bob Crawford y la edición de Country Was. Dentro de poco sacarán el que será noveno disco y para ver lo grandes que son en su tierra vale un ligero paseo por internet.

En estos doce años se han instalado en lo más alto intentando romper el folk, a veces con demasiado respeto, a veces como en este The Carpenter de 2012 con un lado más pop a través de uno de sus puntos fuertes desde siempre, las armonías vocales, a las que añaden un efectivo cambio. Son estrictamente para consumidores de americana, gente a la que básicamente, le gusta el campo. Lo hacen fácil, y la extraña formación suena tan country como un sombrero Stetson de un montón de onzas. Les produce Rick Rubin, un precursor del hip-hop que de la mano de Cash se convirtió a la religión de las praderas, » Forever I will move like the world that turns beneath me/ And when I lose my direction I’ll look up to the sky/ And when the black cloak drags upon the ground/ I’ll be ready to surrender, and remember/ Well we’re all in this together/ If I live the life I’m given, I won’t be scared to die», La historia de un carpintero contada con las palabras que hubiera utilizado el abuelo Clegg Avett, predicador metodista y según los Avett, un brillante escritor y un verdadero artista.

El nuevo country en directo

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