La última sensación del rock americano, en permanente pelea dialéctica con Jack Green, el de los White Stripes, ahora en solitario. Provienen de Akron (Ohio), paisanos de Chrissie Hynde y DEVO y no son ningunos recién llegados. Pertenecen a la rara raza de los grupos de guitarra y batería como los White Stripes de su enemigo íntimo. Su primer trabajo salió en 2002 y recibieron una oferta de 200.000$ por ser banda sonora de una mayonesa en UK, que no aceptaron por puros y no parecer unos vendidos. Dos años después de perder pasta en las giras europeas deciden ofrecer su música a cualquiera y empezando por la Nissan y «Set You Free», sus canciones o ráfagas han aparecido en todo tipo de anuncios de tv y videojuegos. La suerte empieza a cambiar y su carrera parece más sólida.
En el 2009 los dos colegas lanzan discos en solitario y el final del grupo parece cerca. Sin embargo, hablan y se mudan a Nashville donde se graba este «Brothers» y a jugar en la liga mundial. Su historia es curiosa, los dos fueron amigos en la escuela primaria, se distanciaron y cuando más de diez años después, se volvieron a encontrar en el sótano de Carney, haciendo tiempo mientras esperaban al resto del grupo en el primer ensayo decidieron ir por su cuenta. Y también hay su gota de pedigree, Auerbach es primo de Robert Quine uno de los guitarristas más personales de los 80. Han hecho versiones del blues más clásico desde su primer disco y saben sonar duro, aunque empiecen silbando el riff que marca la canción. Carney da una lección de batería llevando el ritmo con dureza, llenando huecos y hasta inventándoselos mientras Auerbach canta con convicción y hace que su escueta guitarra suene grandiosa.
«I wanted love, I needed love/ Most of all, most of all/ Someone said true love was dead/ And I’m bound to fall, bound to fall/ For you/ Oh, what can I do? Yeah».