Mi hermana pequeña me presentó a la segunda generación indie granadina, la que tiene como jugador franquicia a los Lori Meyers. El grupo de Loja hace un sonido más limpio, lejos de la distorsión de sus hermanos mayores. Quizás no tengan el efecto melódico que emerge a veces del marasmo sonoro planetario, pero son más sutiles en los arreglos y más variados en la concepción de sus canciones. A Lori Meyers les gusta arriesgarse en sonoridades diferentes y hacer versiones de Juan & Junior, lo que les valió no pocas comparaciones con Los Brincos y la calificación de aficionados al parapapismo, algo que manejan con maestría. 

Otra de sus características es su gusto por salir en los videos dentro de una segunda realidad, en este obsesivo «Alta Fidelidad» como recortables y en el de «Condicional hipotética» como ilustraciones de una taza. La acústica y los dos golpes, guitarra y percusión son el detalle sutil, después la letra va saliendo sin querer, fácil de cantar, difícil de entender, «Se ha dejado su tarjeta de presentación/ estará orgulloso, solo anclado en el sillón/ vencedor, vencedor, vencedor …/ Todo esto es culpa de la gente/ Sólo ve telebasura y compra el corazón/ siempre se hace el caradura en cuanto hay ocasión/ sin razón, sin razón, sin razón …» Alguna vez el indie se convierte en mainstream, pasó con Dover y su «Devil came to me» y pasó con Lori Meyers y este temazo, que arranca de esa manera magistral y al que un continuo riff de bajo le da la tensión justa.

De gira por la Panamericana

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