Me gusta Malevaje por su descaro acercándose al tango por lo castizo y por las letras de Carlos Zabaleta. Y esta que parece un pastiche de dos diferentes me pone del tirón en un Madrid que conocí, menos cani y mas canalla. Tiempos en los que un rockabillero podía cantar tangos sin que se le moviese un pelo del tupé. En febrero del 84 como decía su contrabajista Gilabert valía todo.

Esta canción pertenece a Envido, un doble en directo grabado en San Sebastian que fue el final de la etapa central de Malevaje, noviembre del 91. Aquí está todo el mundo Zabaleta. La ciudad y el observador. La multitud, la soledad y el encuentro. «Si en los paseos que doy….». En el intermedio aparece la letra de otra canción diferente. Después se vuelve a la ventana lluviosa para seguir observando sutil, «… y un peatón se dobló, se tendió, blasfemó/ Nadie había por suerte/ para mí sólo reí/ tan fugaz colisión/ en la acera de enfrente». Los Malevaje de aquí ya son maduros y pueden jugar con otros ritmos. Y se adivina un Zabaleta tan contento como en el Vals para Carmen, «No tiene el día triste/ tesoros que esconderme/ pues son sus ojos grises /las perlas que busqué». Puro ripio tanguero a la espalda de la calle Huertas.

Antes de actuar en San Sebastián

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