Hay que tener cierta edad para acordarse de los puestos de k-7s del Rastro. Un océano de letras cuidadosamente rotuladas en distintos tipos de letra en los artesanos, simplemente fotocopiadas en los comerciales. Tener una doble pletina era entonces algo importante. En mayo de 2013 la Rockdelux los llamaba gran esperanza blanca, quizás por su cercanía al pop puro de Donosti, los momentos estelares de Family o La Buena Vida.

La genuina doble pletina

Esta canción es la cara A de un vinilo de 7 pulgadas editado por Discos de Kirlian en el 2011. La canción que les hizo aparecer en el gran escenario. Una canción mucho más trabajada y menos sencilla de lo que una primera escucha podría dar a entender. Hay unos arreglos, con extraños instrumentos (es una sierra lo que hace el solo en el 1:30)  y juegos de voces que son una muestra de sencilla complejidad. Y puestos a poner etiquetas quizás la de pop con charango como su colega Refree hace unos años, aunque en el caso de los Pletina hay algo que los hace más misteriosos. Y no son solo las letras, ni ese comienzo tan real y esa sensación tan común,  «En esta ciudad que cada día es más pequeña/ dónde sucede lo mismo una y otra vez/ es difícil relacionarse y más hacer amigos,/ y los pocos que se tienen cuestan de mantener/ Cruzo los dedos para que no me falles tú también» Como un Bustamante con veinte años menos. Una joyita para sentimentales varios.

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