Entre los músicos de rock es marca registrada la del vivir rápido y morir joven pero es una putada que se vaya gente como Nick Curran. Criado entre los discos de los Fabulous Thunderbirds de su padre, (lider de Mike Curran & the Tremors, un grupo regional) y los de AC/DC y Guns´n´Roses de él, a los tres años ya le pegaba a la batería y, cuando llegó al rockabilly a los 19, lo hizo como guitarrista de Ronnie Dawson (https://www.youtube.com/watch?v=i8zPmiLc4R4#t=94) ya era condenadamente bueno.
Acabó la gira viviendo en Austin donde acompañó a gente del rockabilly y preparó el lanzamiento de Fixin´Your Head, su disco del 2000 junto a su primer grupo de respaldo, los Nitelifes. En Europa, Nick Curran es considerado un rockabillero, alguien junto a Stray Cats, pero en los USA Curran era ante todo un músico de blues, de blues arenoso y tejano, del blues fronterizo y blanco. Por eso en el 2004, no dudo en dejar su grupo y sustituir a Jimmie Vaughan en los T-Birds, «entré mirando como un punk rocker pero tocando a su estilo. Creo que la escena blues necesitaba un poco de agitación. Tío, escucha lo que oyes, no lo que ves». En el 2007 vuelve a trabajar solo y monta los Lowlifes, con los que sacará su último disco, «Reform School Girl» en febrero de 2010. De la gira de lanzamiento de ese disco sale esta toma de «Kill My Babe» donde bajo la estructura de un rockabilly incendiario se escuchan solos extraídos del blues más clásico; «I’m gonna kill my baby/ I’m gonna murder my baby/ I’m gonna kill my baby/ if she don’t quit messin’ around./ She told me she love me she told me a lie«. El cáncer de garganta provocaría su muerte el 10 de junio de 2012. Y con el guitarrista de Maine se fue uno de los mejores músicos de su generación, la del 77.