Algo tiene Nueva Orleans que hace tan característica la música de sus nativos. Un feeling particular, espeso pero suave, pantanoso, claro. La tierra del vudú, siempre inestable en su base, casi al nivel del mar toda ella, donde aún funciona el gris-gris, un saquito con hierbas y ungüentos que actua como amuleto para el viajero. Tierra de Fats Domino, Professor Longhair y Allen Toussaint, de las increíbles marchas de carnaval y de la tabla de lavar como percusión, la perla hacia donde se dirigía la balsa de Huckleberry Finn y el negro Jim. Esa ciudad produce francotiradores, Dr. John es uno de ellos.
Dr. John en pleno Mardi Grass |
Malcolm John «Mac» Rebennack Jr. es su verdadero nombre. Descendiente de alsacianos, la tienda de aparatos y discos de su padre (miembro de una larga familia aficionada a la música) le abrió las puertas, primero a Louis Armstrong, y después al aprendizaje real con el Professor Longhair. Es de los pocos blancos que ha recibido el dixie directamente de los pantanos («Yo tenía 16 años. Miraba al Professor ahi al piano con su camiseta de cuello de tortuga y me preguntaba si algún día podría ser tan cool»). En los sesenta se convierte en músico de sesión en San Francisco, participando en discos de Zappa o Canned Heat. Cumple un período de cárcel pendiente en Tejas (su vida ha sido bastante agitada) y comienza a darle vueltas a un espectáculo donde reflejará lo que hace a Nueva Orleans diferente. Nace el Doctor John y este disco del 68 es su primer intento en el misterioso cruce de la psicodelia y el pantano. En «Mama Roux» con ese bajo que el propio doctor dice haber sacado con el pedal de un Hammond, se barrunta esa atmósfera pesada, lenta, en la que la percusión tira malamente de la voz perezosa, medio cantada, medio recitada del reverendo Rebbenack; «Mama Roux She was the queen of the little red, white and blue. Mama Roux She was the queen of the little red, white and blue. Ooh why, can’t cha spy boy, prepare yourself to die boy Medicene man got heap strong power, you know better than to mess with me». Tampoco hay que buscarle tres pies al gato, el roux es la base de la bechamel al estilo cajun, un salsa con base de harina y mantequilla, base de la cocina creole, y «mama roux» su mejor cocinera.
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