Y ahora Don Drummond, el torturado héroe del trombón, otro de los moradores del olimpo ska. Nacido en el 34 con quince años ya estaba enrolado en orquestas de jazz buscándose la vida por los hoteles de Jamaica y lo suficientemente cotizado como para acompañar a Sarah Vaughan en sus recitales jamaicanos. Una persona introvertida, torturada y genial que empieza a politizarse con el incipiente movimiento rasta, una deriva del movimiento religioso negro de Marcus Garvey que nació en la America de los 20 y que, aunque no venga al caso, aparece de manera tangencial en Boardwalk Empire, una serie que merece la pena. Al mismo tiempo en Jamaica, Leonard Howell en 1933 inicia el rastafarismo en la isla.

En el 66 Haile Selassie visita la isla y todo se dispara. Pero hace ya un año que Don Drummond está recluido en el Belleveu Center, un hospital psiquiátrico donde ha ido a parar después de matar ell 1 de enero del 64 a su compañera, la bailarina exótica Anita Margarita Mahfood . Así acabó la vida de Drummond que falleció cuatro años después entre una gran polémica sobre si se suicidió o si fue suicidado. Años antes sus compañeros de Skatalites ya habían esperado un alta psiquiátrica de su trombonista para empezar con el mítico grupo salido del orfanato católico Alpha Boys School. Su trombón está detrás de todo lo grabado en Kingston durante los cinco primeros años de los 60 y su huella está en ese tempo inconfundible que le da al los vientos con la sencillez del que aprende en la calle y la capacidad técnica de quien es capaz de arreglar cualquier pentagrama. Como lo hace en este Man In The Street y como se lo enseñó a Rico Rodríguez, que se lo enseñó al universo 2Tone.

Afinando el trombón

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