Supongo que la fiebre skatalítica me hace fan de cualquier banda que reúna vientos y más vientos. En la entrada de Slavic Soul Party, los americanos que se pagaron un viaje a Serbia con lo recaudado por anticipado de un futuro concierto, habia un enlace al mejor trompeta del momento en una zona donde las bandas de viento y uno o dos percusionistas son las reinas de las bodas, bautizos y comuniones ortodoxas.

El truco está en la trompeta de pistones rotatorios y en generaciones de talento. La familia Bakic es la de más abolengo y Ekrem Mamutovic heredó en el 2007 de su tio Bakija Bakic, trompetista de trompetistas, la dirección de la banda. Desde entonces se han llevado el primer premio en todos los festivales de Serbia en los que han competido. La afición es enorme y se ensaya en cualquier esquina, entre los chavales que pasan con la bici y a la hora que sea. Ekrem es el de la camisa malva el que dirige a la sección de las trompetas frente a las tubas que hacen de sección de ritmo. Para la percusión, un kit destartalado y un bombo con publicidad. Este tipo de música nació en el primer levantamiento nacionalista serbio cuando los soldados utilizaron las trompetas para tocar las melodías serbias. Cada verano se celebra en Guca un festival de tres días que la orquesta de Ekrem ha ganado en el 2014. Si quieres volverte loco de música zíngara puedes ir del cinco al ocho de agosto de este año.

No es Mamutovic pero va camino a Guca

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