La banda con la leyenda más negra del rock. La muerte de Bonham, su batería, acabó con ellos, pero la afición al satanismo de Page y los excesos de sus giras podían haberlo hecho mucho antes. Manrique cuenta en su Jinetes en la Tormenta como Page era un músico de estudio, cotizado en los tiempos del blues inglés, que participó en la grabación del «Black is Black». Se ganaba un buen dinero y se estaba en el cotarro, Mientras tanto fue buscando los compañeros necesarios para su proyecto, llevar el blues inglés un paso más allá en dureza y sonido. Y lo consiguió.

Como unos Who del blues duro, una voz aguda pero macarra y un muro de sonido ejecutado con una sola guitarra. Desde el principio fueron un supergrupo, el primer disco con la foto del dirigible  en blanco y negro fue un icono. Pero sería cuatro años después en el 71, cuando el cuarto disco, el de los símbolos, los llevaría a lo más alto. Con la jartible «Starway To Heaven», y las clásicas «Black Dog» y «Rock And Roll» el disco vendió millonadas que no hicieron más que subir la megalomanía de un Page aficionado a las sectas y lo esotérico. Pero cuando se dejaban de brujería y medievalismo y hacian pesado el blues lo llevaban a lo más alto y más allá. El falsete de Plant, «It’s been a long time since I rock and rolled,/ It’s been a long time since I did the Stroll./ Oh, let me get it back, let me get it back,/ Let me get it back, baby, where I come from./ It’s been a long time, been a long time,/ Been a long lonely, lonely, lonely, lonely, lonely time. Yes it has» y la poderosa guitarra de Page, bien acompañados por Bonham (batería) y John Paul Jones (bajo) han sido una de las mejores cosas que le han pasado al rock… con todas sus consecuencias. Luego menos mal que vino el punk para abrir la ventana.

Los más dinosaurios

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