to de re per a mandolina i clariné – orquesta mirasol

El primer concierto de mi vida fue en el verano del 75, en el Teatro Pemán del Parque Genovés y tocaba la Orquesta Mirasol. Aunque pareciera mucho solo faltaban tres años para el punk y unos seis para el desencanto. Y la música se movía en una bruma donde agonizaban los dinosaurios y mandaban los músicos virtuosos, muchos de ellos provenientes del jazz. Una confusa espera del do-it-yourself punkie que cambiaría todo.

En Barcelona, la sala Zeleste juntaba al galáctico Sisa con el rebelde Pau Riba. Aparecía la Dharma, su sardana eléctrica y los virtuosos como Max Sunyé (Iceberg). Y las fusiones más o menos caribeñas que todavía no se llamaban étnicas. Como grupo residente de Zeleste (ahora Razzmatazz) se conoció el núcleo de la Mirasol y ellos fueron la primera referencia del sello Zeleste. Era el rock laietano, cuando Barcelona fue también lo mejor de lo mejor del comic, de esa época son Nazario, el primer Mariscal y el mejor Makoki. Dos años después, el punk y la new wave despertaron antes en un Madrid que no oía tanto jazz. De los veteranos solo Pau Riba seguiría agitando su rabia. La Mirasol se puso Colores de apellido y se reconvirtió en grupo de salsa. No recuerdo muy bien el público del concierto, pero si que para unos quinceañeros ávidos de rock resultó un poco aburrido. Pero este «To de re…» tenía su punto. Y era lo único eléctrico que llegaba a Cádiz.

La Mirasol y su Kangoo

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *