A principios de los noventa la escena del sur de California ardía en una especie de reedición de los años post-punk de Londres. Por un lado el nuevo ska de gente como Sublime, No Doubt o Skeletons, de otro el punk de los Rancid, mamado directamente del primer disco de los Clash. Sublime lo tuvo claro desde el principio. Montaron su propio sello y giraron como locos por toda la costa oeste, de Seattle a la Baja California. Reyes del skate y banda sonora del movimiento, unos bocados de su dálmata a unos patinadores les costaron la expulsión de su primera gira grande. Y es que el viejo Lou que tanto aparece en el video tiene su historia.

Recogido por Bradley Nowells cuando era un cachorro se convirtió en el símbolo del grupo y en el protagonista de las canciones del guitarrista, «Early in the morning, risin’ to the street/ Light me up that cigarette and I strap shoes on my feet/ Got to find a reason, a reason things went wrong/ Got to find a reason why my money’s all gone/ I got a dalmatian, and I can still get high/ I can play the guitar like a mother fucking riot«. Los temas de Sublime son sublimes pastiches donde aparecen todas las referencias posibles ensartadas generalmente por el reggae, la guitarra, los breaks rapeados o los scratchs. En esta canción siempre se ha dicho que el ritmo de canto es el de Lady Madonna, puede ser, pero aquí los que mandan en este reggae para skaters son el bajo, la batería y esa sencilla guitarra. Bradley murió dos meses antes de ver editado este trabajo, el primero para una multinacional y un superventas en el 97. Y Louie se quedó solo, «Fuckin’ and fightin’, it’s all the same/ Livin’ with Louie dog’s the only way to stay sane/ Let the lovin’, let the lovin’ come back to me…»

Tres punks de California y un perro

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