Mónica me ha dejado antes de irse a Chile un libro muy interesante de José Manuel Gamboa llamado «Una Historia del Flamenco» que está realmente bien y que tiene el acierto de comenzar a mediados de los setenta cuando Las Grecas sonaban en los bares de San Fernando, donde jugabas a las máquinas y aún estaban los futbolines La Plata en la Alameda. Como cuenta Gamboa, lo que todavía no era el flamenquito, ni siquiera el flamenco pop de años después, triunfaba en toda España.
En 1973, Polygram lanza «Fuente y Caudal» y en el 74 la CBS contraatacaba con Manolo Sanlúcar y este «Caballo Negro» otra rumba pero esta vez con unos arreglos más arriesgados y un sabor menos marino que la del algecireño. Manolo Sanlúcar ya era guitarrista avezado, con una enciclopédica edición triple llamada «Mundo y Formas de la Guitarra Flamenca» y unos cuantos años de acompañar a una exultante Paquera de Jerez, allá donde les llamasen. Aquí no hay una entrada de bongos y bajo, la guitarra aparece como un cañón con el tema central, suenan teclados, una batería (sus platillos) y hasta una eléctrica con wah-wah. Con más swing que la de Paco aunque menos honda, marcó otro exitazo de la época. Después, Paco de Lucía fue más arriesgado en sus experimentos y Manolo Sanlúcar eligió lo puramente flamenco o trabajos más clásicos, como la adaptación de «Medea» para el Ballet Nacional de España o el bello «Tauromagia»(https://www.youtube.com/watch?v=_BMv_FXXNYU). Este verano, en Nerja anunció que ese era su último concierto.
