Urrutia te gusta o no te gusta, pero no te deja frío. Lo escuché unos cuantos años en la radio donde se juntaba con Ariel Rot para hacer una media hora semanal en La Ventana. Ponían una canción cada uno y durante dos o tres años fueron el mejor rincón musical de la radio no FM. El Caligari se buscó sus polémicas como cuando pusó allí el himno de la Legión, pocos tan consecuentes como él en la vieja movida.

Me parece que esto se grabó en la época final del grupo, después del Gabinetissimo, horrible nombre para el disco que abrió el período final del grupo. Según los créditos se grabaron todos los temas durante el verano del 97 para un proyecto de Jaime Stinus y Aurelio Morata, miembro de Los Rebeldes, que aparecerán un día de estos por el blog. Alli metieron versiones del Rey en una imposible mezcla donde aparecían, como no, Loquillo y Segarra, Australian Blonde, la Mondragón o Corcobado. Los más chulos, Gabinete y su versión castiza del Return to Sender, la canción de Scott y Blackwell que fue banda sonora de la película Girls, Girls, Girls. Elvis siguiendo el camino abierto por los Everly. Gabinete, sin cambiar el sentido de la letra la adornan al trasladarla al castellano, al estilo de lo que hacía Enrique Guzmán y sus Teen Tops. Urrutia la canta como si fuera un Elvis de Alvarado, «…nos enfadamos más sin razón/ y yo le he escrito/ pues no quiero perder su amor» y el grupo la acelera. Dos minutitos escasos de homenaje al Rey.

Los primeros Caligari, entre cartones

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